Tras muchos estudios se descubrió que el drenaje linfático era el tratamiento más recomendado para un post operatorio.
Tras unas maniobras suaves, concretas y en un orden determinado que ayuda a buscar al flujo linfático.
Así, los elementos tóxicos son eliminados y el líquido depurado vuelve al torrente sanguíneo.